...Y otra escoba...

Juliet camino rapidamente entre las masas que se encontraban esa mañana de un esplendoroso sol en el callejon Diagon.
Caminaba ligeramente y con una sonrisa en el rostro cuando diviso a lo lejos la tienda que mas le gustaba.

El Quidditch siempre habia sido su pasion, en Francia siempre lo pravticaba con su padre y ya podia decir que era una buena buscadora. Entro a la tienda haciendo que la campanilla de la entrara sonara al abrir y cerrar la puerta.

No sabia como habia podido olvidar su escoba, suspiro. Siempre la llevaba consigo a todos los lugares, pero este año se le habia quedado en casa, y sus padres no podian enviarsela porque estaban de viaje fuera del pais...ya los extrañaba, no queria sonar niñita de papa pero de verdad ella tenia una buena relacion con sus padres.

Se aliso el vestido de verano que llevaba, en Francia hacia mucho mas calor que aqui, donde ahora sentia un poco mas de frio, solo se encojio de hombros y siguio caminando por la tienda en medio de las escobas, pelotas y todo tipo de implementos mas.
Llego al meson donde el dependiente estaba atentiendo a otra chica, alguien la paso a empujar y ella como en un efecto domino paso a golpear a la chica.

-Pegdon-le dijo la chica con su marcado acento frances y dedicandole una sonrisa de disculpa-Pegdon cabellego-le dijo al dependiente llamando su atencion-Quiego la ultima escoba que haya salido al megcado S'il vous plaît-le dedico una sonrisa tambien

Se quedó mirando a la chica, con una chispa de rabia en los ojos. La había empujado y la muy pija se había puesto por delante de ella. Ondeó el cabello y sacudió una mano, intentando liberar energía. El dependiente la había estado atendiendo a ella, pero derrepente se había metido por en medio. Ash crujió el cuello, de un lado a otro y descargó la presión que tenía en los hombros.Clavó sus ojos en ella y le echó una sonrisa desafiante, sabía hablar francés, alemán, su idioma natal, el inglés y griego ligeramente, por una vez, las clases le habían servido de algo.
- Será mejor que tengas cuidado con lo que haces,mademoiselle, si quieres, salgo por la ventana volando y te dejo toda la tienda a ti sola-habló en francés, dió un respingo con la barbilla y la alzó medio sonriendo- si vuelves a interrumpirme cuando me estan atendiendo, te partiré las piernas y te recomiendo que no te cruces en mi camino, niña- se pasó una mano por el pelo y la miró con un gesto que haría enmudecer al mismisimo Lucifer.
Se giró y volvió a mirar al dependiente con una sonrisa, que la miraba con una mirada extraña.


{off: Gomenansai por el comportamiento de Ashia-sama, esque entre que está nerviosa, cabreada y agotada...u.u, además, ella es así... sorry!}

Hogwarts no le daba miedo, ¿O en realidad sí? No sabía que pensar, ¡No sabía que pensar! Estaba un poco nervioso, era la primera vez que iría a una escuela mágica y no sabía como sería eso...

Sus padres le habían dicho que era un luga muy bonito, que conocería a más niños como él, conviviría con ellos como si hicieran unas colonias laaargas, además de que era un castillo muy interesante, aprendería a conjurar,a atraer objetos hasta sí, para poner un ejemplo, pero una de las cosas que le daba más repelús a Carlo, era que le habían dicho que también aprendería a volar...

¿¡A VOLAR!? ¿¿Y si caía de la escoba?? Si no fuera necesario... Todavía iban comprando lo que necesitaban para Hogwarts él y su madre, mientras su padre iba por otras tiendas, andaba un poco ocupado...
De repente, Calogero se quedó parado frente a un escaparate lleno de escobas voladoras de último diseño, algunas expectaculares... ¡A lo mejor tampoco era para tanto!

-Mamá, ¿Puedo mirar en esta tienda? Sólo será unos cinco minutos, te esperaré en la puerta...

-¡Pero cariño! A mí me gustaría que fueramos los dos a... ¡Sí cielo! ves ves! Nos vemos en un rato pequeño! Ya me diras que escoba te gusta más

Que raro que su madre le dijera eso, parecía que se traía algo entre manos. Bonardi le sonrió timidamente y le despidió con la mano mientras se encogía de hombros, pero nada más entrar encontró como una chica 'amenazaba' a otra. Tampoco estaba seguro, pues hablaban lo que parecía francés, asi que sólo juzgo por los gestos. Las dos parecían chicas adolescentes más grandes que él. Se acercó. ¿Decía algo o se callaba? ¿Y si se metía en líos? Abrió la boca tímidamente.

-Cre... creo que no se deberían decir esas... esas cosas...-casi no le salía la voz por miedo, dirigiéndose a la chica última.